miércoles, 22 de abril de 2009

Llorar a chorros, llorar la digestión, llorar el sueño, llorar ante las puertas y los puertos, llorar de amabilidad y de amarillo. Abrir las canillas, las compuertas del llanto; empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto; asistir a los cursos de antropología, llorando, festejar los cumpleaños familiares, llorando, atravesar el África, llorando. Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... (si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar), llorarlo todo, pero llorarlo bien, llorarlo con la nariz, con las rodillas; llorarlo por el ombligo, por la boca. Llorar de amor, de hastío, de alegría, llorar de frac, de flato, de flacura, llorar improvisando, de memoria. Llorar todo el insomnio y todo el día!

No hay comentarios: